La obra de Hermann Guggiari persevera entre el dramatismo y la poesía para plasmar los conflictos y esperanzas de su tiempo, participando así del espíritu de la época.
Escultor-ecologista, sus esculturas parecen muchas veces creaciones de la propia naturaleza por la manera como invaden el espacio y se funden con ella; Guggiari es un artista que exalta en su vida y en su trabajo un sentimiento humanista y religioso que orienta sus formas. Éstas se presentan como metáforas formales, metáforas de la libertad que nos revelan lo temporal; en ellas el hierro y el acero aligeran su peso con estructuras que se fracturan en disoluciones, desplazamientos y formas en constante movimiento con el ansia permanente de salirse de sí mismas. En este devenir, se exaltan los valores esenciales del ser humano, del espíritu humano en su búsqueda incesante de libertad.
Hermann Guggiari es un artista moderno, no sólo por la manera como activa los volúmenes en el espacio, sino porque los contenidos que nos transmite refieren una desgarrada experiencia de vida, donde la dignidad del hombre ocupa un lugar principal.
[…] Obra que se mueve en el tiempo cíclico del nacer y morir al mismo tiempo y se nos revela como apasionada creación donde la materia libera su gravedad y abstrae sus formas en una sucesión atormentada y cambiante de exclusiones y heridas que suenan como un auténtico canto a la libertad.
Presentación del libro-catálogo Hermann Guggiari, editado por Javier Rodríguez Alcalá y Gabriela Zuccolillo, Centro Cultural Cabildo, Asunción, 2008.